Descripción
A la que menos le interesa ser cuestionada por sus fieles, es a la Iglesia: mientras más ignorantes sean éstos, mejor. Los disidentes son peligrosos en cualquier secta o religión. Mala señal es que alguien pregunte cosas; el buen católico se conforma con tener ‘fe’ y punto. Ésos son los católicos que le gustan a la Iglesia, no los ‘preguntones’. Con estas palabras en su tan característico estilo, Rius nos introduce a este “cuestionario prohibido del católico interesado en conocer qué onda con ‘su’ religión”.
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